martes, 24 de agosto de 2010

curiosidad no instruida (5/8)

Quiero que sea de noche para encontrarte, como tantas veces lo soñé, sé que todo va a ser tal como en nuestros sueños acordamos, ansío encontrarnos al salir del trabajo y verme parado ahí, en esa esquina donde pactamos, esperándote cerca de ese bar, que tanto te gusta, para así poder beber con mi mejilla, de tu cachete, las lágrimas que tus ojos no lloran, esas lágrimas grises. Y por fin, en ese saludo que tanto espero y deseo, conocerte.

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