Ella se muerde la yema del dedo gordo
mientras sostiene el cigarrillo recién prendido
y lo mira de reojo.
Él se toma un segundo
para volver sobre lo dicho,
luego sigue hablando.
Ambos aspiran el humo.
Por accidente dos miradas
separadas se encuentran
y sus ojos no se evitan,
sus ojos dicen, brillan,
se solapan, se estremecen,
pero jamás se acercan.
Jamás.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
hey! que lindo poema y que lindo tu post en mi blog! me hizo acordar a esa pelicula que se llama buenos aires viceversa, una escena de los cieguitos que estan en el mismo bar y se encuentran porque no se ven... no se por qué, pero me hizo acordar...
ResponderEliminargracias por pasar!
saludos!!
me hizo pensar bastante. Intersticio...
ResponderEliminarNo creo que el tiempo tenga su existencia en sí mismo. Por eso dudo mucho del Jamás y del Siempre. Quizás por eso tengo un poco de temor por esas miradas... definitivamente me estremece!
abrazo
que se acerquen, che!!
ResponderEliminarey! me encanto!. ademas que la palabra intersticio es genial, je. saludos.
ResponderEliminar