viernes, 10 de diciembre de 2010

Intersticio

Ella se muerde la yema del dedo gordo
mientras sostiene el cigarrillo recién prendido
y lo mira de reojo.

Él se toma un segundo
para volver sobre lo dicho,
luego sigue hablando.


Ambos
aspiran el humo.

Por accidente dos miradas
separadas se encuentran
y sus ojos no se evitan,
sus ojos dicen, brillan,
se solapan, se estremecen,
pero jamás se acercan.

Jamás.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Juan y Ramón

Todos los días a las 7 de la tarde, Juan y ramón se dirigen a un bar. Ambos se sientan en la barra pensativos y reflexivos, ambos con la mirada perdida piden un vino y ahogan sus preguntas en el. Ambos pasan inadvertidos en el tumulto, ambos tienen en mente a una mujer pero la única diferencia es que Juan no sabe como recuperarla y Ramón no puede dejar de amarla.
Ninguno ve la tele y ninguno bebe del tinto, ambos están ahí compartiendo el espacio, la barra, el vino, y la mujer.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Aquella otredad

Reencontrarse con viejos hábitos es una buena actividad. Hola, tanto tiempo para los que vienen siguiendo el blog, gracias por su interés.
Soy uno en esta cadena, y particularmente hoy escribo porque me invade cierta sensibilidad. Pero no una cualquiera. Esta, es especial, rara, inusual.
Empujados por fervorosas pasiones, dejamos que las palabras escritas vayan plasmando el maremágnum de imágenes y sensaciones que llevamos dentro ,y que nos llevan por cierto a plasmarlo, a exteriorizarlo.
En verdad no tengo muy en claro lo que quiero expresar con este escrito.
Es simplemente para el reencuentro. La comunión, y es que sin el otro no logramos completarnos. Es importante el vínculo, es fundamental para el desarrollo personal poder intercambiarse con el otro, fusionarse. Estar.
Y es una vez más la misma melodía que me acompañó alguna vez, y que hoy me empuja y me acompaña una vez más de fondo: Metamorphosis six de Pihllip Glass. Bella, bella melodía.
Quisiera plasmar un fragmento del libro de Augusto Boal, que comencé a leer hace poco: Juegos para actores y no actores. Que tiene un poco que ver con lo poco que logré esbozar hasta aquí:
“Nos vestimos de forma distinta. Tenemos diferentes costumbres, inventamos nuestra propia música, nuestra cocina; pero no podemos vivir con lo que creamos inicialmente. La vida es expansiva., se extiende dentro mismo de nuestro cuerpo, creciendo, desarrollándose, y también de forma territorial- física y psicológicamente- , descubriendo lugares, formas, ideas, significados, sensaciones. Esto sucede con un diálogo: recibimos de los demás lo que han creado y les damos lo mejor de nuestra creación.
No podemos vivir aislados, encerrados en nosotros mismos. Aprendemos enormemente cuando admitimos nuestra propia otredad: el otro también ama y odia, tiene miedo y es valiente – al igual que usted y yo, aunque entre ellos, usted y yo existan diferencias culturales-, precisamente por eso podemos aprender de los demás: somos distintos siendo iguales”.

domingo, 24 de octubre de 2010

Acerca de la verdad escondida en los laberintos de espejo y su insignificancia O Reflexiones antes de afeitarse sobre un recuerdo de chico.

Luego de dar vueltas sin sentido ni lógica llega a un punto en el que se encuentra (se sabe) perdido. Sin embargo, al detenerse, pasa de la incertidumbre total, por no encontrar el centro, hasta la aparente certeza. Se queda quieto en perfecta armonía pero en perfecto desencuentro de si mismo frente al espejo.
Se mira, pero no sabe cual de todos esos reflejos es el que le corresponde, o peor aún, cual no le corresponde.
Cada imagen, por una fuerza que no logra comprender, yace muerta, fija e inmóvil en su lugar. Detrás de ellas aparece una multiplicación de las mismas, y así, la imagen que el creyó primera, pega en el espejo, se refracta y rebota en el de enfrente, y a su vez está nueva imagen en la del costado multiplicándose hasta perderse en un infinito que no va más allá de la habitación que lo envuelve. Sonríe y al hacerlo se queda petrificado mientras observa como su sonrisa se refleja y proyecta instantes después en los espejos.
Cree que de está forma se burla del tiempo al materializarlo, cree que se burla de la materia al desaparecer en innumerables repeticiones quedando atrapado en un tiempo que no avanza pero, en donde una sonrisa se seguirá repitiendo perfecta y estúpidamente hasta el absurdo. En esta repetición constante y a des-tiempo de repeticiones el se pierde, quedándose atrapado en la persecución del tiempo, dentro de la persecución del tiempo dentro de ese laberinto. Sabe que tiene la llave para liberarse, aunque paradójicamente, la única forma de escapar, es mantenerse inmóvil.

lunes, 4 de octubre de 2010

jueves, 30 de septiembre de 2010

imagen se busca

Para que de una vez por todas te reconozcas frente al espejo y dejes de buscarte en la risas de los otros.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Sobre el surgimiento de una idea

Lo importante es estar atento a lo que transcurre a tu lado, o internamente.
Es importante tener un lápiz en la mano (y con punta) tenerlo agarrado a un anotador.
Caminar sin mirar un punto fijo, dejar que la situación llegue a vos, es fundamental no buscarla.
Caminar por la calle silbando una canción o tarareando (desafinadamente) su melodía,
Tener buena memoria fotográfica (o una Nikon d80 colgando del cuello)
Saber escuchar lo que pasa alrededor, si… ser chusma.
Dejar que el viento te acaricie, te empuje o te escupa.

Una vez que se haya recopilado varias páginas de sensaciones y situaciones… volver a tu cuarto, preparar el mate, dejar que se caliente el agua y cuando esté todo listo volver sobre las palabras escritas, leerlas lentamente y luego abandonar el cuaderno.
Agarrar algún libro de la biblioteca, abrirlo en la página trece, leer el segundo párrafo, saltar a la página cuarenta y nueve del mismo libro y leer de abajo para arriba. Hacer lo mismo con dos o tres libros más (tratar de evitar los diccionarios y libros de auto ayuda). Los números de las páginas pueden ir variando pero cuidando que nunca sean múltiplo de dos, ni de cinco.
Agarrar otra hoja y, ahora, una lapicera verde, o roja (nunca azul ni negra) y comenzar a transcribir las palabras que quedaron dando vueltas de los párrafos que leíste instantes atrás.
Finalmente abandonar la lapicera, cebarse un mate, jugar con el agua en la boca, tragarlo lentamente… hacer ruido con la bombilla (pero no moverla, jamás moverla!) tomarse otro mate, está vez con los ojos cerrados, cuidando de no hacer ruido para finalmente agarrar las hojas escritas, desecharlas y ahora sí, pensar en una idea.

lunes, 30 de agosto de 2010

curiosidad no instruida (8/8)

El vino a medio tomar, los platos todavía sucios en la cocina, las migas del pan ensuciando el suelo junto con tu remera puesta de manera inmejorable tras el respaldo del sillón, encabezan la lista de cosas poco cotidianas en mi monoambiente.
Junto a tu remera, pero más a la derecha, debajo de la biblioteca y tras la ciega mirada de Borges, yace inmóvil una de tus medias aún húmeda. Está aplastada contra la solapa de un libro de historia.
Tuvimos que esperar a que el día termine para que todo comience realmente. Entre besos aún desordenados y caricias tibias tu ropa se acumula en el piso, la soledad es menos amarga y empiezo a descubrir cómo se siente tu mano caminar por mi espalda. Todo comienza realmente. La luz del velador se apaga, la luz de la calle nos alumbra, el recuerdo de mí en soledad desaparece.
El tiempo se me va de las manos y por fin llega el momento en que tus ojos hinchados, tu nariz roja y tus manos frías me reciben.

sábado, 28 de agosto de 2010

curiosidad no instruida (7/8)

Tuvimos que esperar a que el día termine para que todo comience realmente, ahora ya sabés quien soy…

viernes, 27 de agosto de 2010

curiosidad no instruida (6/8)

La tarde se hace eterna, el saber que falta cada vez menos me acelera, me impacienta. Salgo tras tu búsqueda. Tal como en los sueños camino cauteloso, pero seguro de mis movimientos, me dirijo hacia esa calle, me paro junto al semáforo y esa boca púrpura es reconocida por mí, tu pelo suelto se posa en tu cuello con tanta naturalidad. Ahora que te vi dejaste de ser la que creí, ya sos vos. El tiempo se detiene a contemplarte. El semáforo en rojo permite que avances por la senda peatonal, hasta que por fin tus ojos me reconocen.
Todo termina siendo tal como lo arreglamos, me encuentro parado ahí donde acordamos, esperándote bajo mi paraguas con una sonrisa, mi mejilla por fin se posa en la tuya, tus labios violetas me saludan y entramos con total naturalidad al bar que tanto te gusta, sin que sepas (aun) que yo soy yo. No es tan temprano como parece, pero ahora tenés tiempo de ocultarte bajo un bar y esperar que deje de llover…

martes, 24 de agosto de 2010

curiosidad no instruida (5/8)

Quiero que sea de noche para encontrarte, como tantas veces lo soñé, sé que todo va a ser tal como en nuestros sueños acordamos, ansío encontrarnos al salir del trabajo y verme parado ahí, en esa esquina donde pactamos, esperándote cerca de ese bar, que tanto te gusta, para así poder beber con mi mejilla, de tu cachete, las lágrimas que tus ojos no lloran, esas lágrimas grises. Y por fin, en ese saludo que tanto espero y deseo, conocerte.

viernes, 20 de agosto de 2010

curiosidad no instruida (4/8)

Espero que te enfermes porque sé (aunque vos todavía no seas conciente de eso) que yo voy a ser quien te mantendrá abrigada, quien preparará el desayuno y te lo llevará a la cama, sé, aunque vos aún no, que juntos disfrutaremos, tendidos en la cama, ver cómo se estrellan esas gotas en la ventana, cómo el sol se esconde tras esa coraza grisácea de nubes, cómo la claridad de la mañana se contrapone con la oscuridad del día.
No quiero verte quejarte del tiempo que está haciendo, porque presiento que vos deseas, tanto como yo, que el día siga así. Sé que con fuerzas (sin saberlo aún, sin saberlo) vas a dejar salir a flote ese segundo estornudo, sé que tus ojos hinchados, tu nariz roja y tus manos frías me esperan…

parte 1/8 ; parte 2/8 ; parte 3/8

miércoles, 18 de agosto de 2010

curiosidad no instruida (3/8)

No me vengas ahora con que te gusta caminar bajo la lluvia, cuando en realidad sólo te gusta caminar bajo un par de gotas insignificantes que no alcanzan a mojarte. No me mientas, porque tu rostro no oculta el disgusto. A esta hora llueve a gritos, estas sin paraguas y el semáforo, aún en verde, te impide cruzar. Un semáforo te separa del edificio donde te espera tu oficina y tú día. Pero el semáforo no cambia, llueve a gritos y lo que era una sonrisa se convirtió en una línea horizontal por donde un río de gotas avanza, deteniéndose unos instantes para continuar su paso inevitable hacia el piso.
No espero ver tu cara redonda malhumorada y mucho menos quiero oír quejarte del día tormentoso, sólo espero que a la tarde, cuando aún le queden unas horas para que finalice este viernes, cuando aún falte tiempo para que llegue tu ansiado fin de semana, espero que la humedad de tu ropa empiece a picarte, que empiece a molestarte, así como las medias (necesariamente húmedas) enfríen tus pies y entre palabras y palabras dejes entrever ese primer estornudo.


parte 1/8 aqui

parte 2/8 aqui

martes, 17 de agosto de 2010

curiosidad no instruida (2/8)

Ya está. La lluvia se hizo presente en la ciudad y no hay nada que puedas hacer. Se presentó sin previo aviso, sin telegramas, ni llamadas telefónicas. Se presentó lo suficientemente tarde como para que vuelvas a tu casa y agarres el paraguas que olvidaste cuando tomaste las llaves de la mesa, y demasiado temprano como para encontrarte dentro de tu oficina… Sin embargo, no es tan temprano como parece, y no tenés tiempo de ocultarte bajo un toldo o en un bar, sólo te queda caminar, pues los tacos impiden que trotes.

parte 1/8 aqui

lunes, 16 de agosto de 2010

curiosidad no instruida (1/8)

Faltan horas para verte en esa esquina, faltan horas para verte y aún no lo sabés, cómo así tampoco sabés que me vas a encontrar frente a ese bar que tanto te gusta (eso es algo que me enteré después) esperando que cruces la calle, esperándote bajo mi paraguas con una sonrisa.
Tanto reclamaste un buen chaparrón que acá lo tenés, impregnado en tus abrigos, quitándole volumen a tu pelo, mojando tus medias, arruinando el cuero de tus botas. Acá lo tenés, tal como lo pediste, como lo deseaste. No me vengas con eso de que sólo lo querías para mirar por la ventana. Que sólo lo querés un domingo por la tarde para oler ese olor a tierra que se cuela por la puerta del patio entreabierta, que avizora la llegada inminente de una tarde entre chocolate caliente o mates en tu cocina…

domingo, 8 de agosto de 2010

Barquitos de papel

Cuando los restos de chocolatada eran los que dibujaban el bigote en mi cara; cuando la lluvia nos privaba de salir a jugar al patio y los vidrios de la ventana quedaban empañados por dentro pero, empapados por fuera; cuando el televisor quedaba prendido aunque sólo se veían manchas negras, grises y blancas y la puerta quedaba hinchada y abierta por la humedad de la madera; cuando afuera sólo se escuchaba el ruido a lluvia, y el olor a perro mojado empezaba a impregnarse en los sillones; en esas tardes los lápices de colores quedaban desparramados en la mesa y, debajo de ellos, un dibujo a medio terminar, junto con la tarea para el tercer grado, aún sin hacer justo después de que las gotas dejaban de chapotear en el agua y la propuesta a ver la inundación en la avenida, se volvía inevitable. Antes de salir agarrábamos una hoja de cuaderno para luego doblarla a la mitad, llevar un vértice hacia el centro, y luego el otro, y doblar una vez más, y luego otra por aquí y allá cuidando cada uno de los pliegues, era la hora de los barquitos de papel después de la lluvia. Salía con los pies descalzos para no mojar el calzado, el jogging arremangado para no ensuciarlo, y sin embargo el metro veinte de altura hacía que, inevitablemente, me empape hasta las rodillas.
Veíamos como el agua marrón pasaba entre nuestras piernas y como flotaba sobre ellas un pedazo de botella, una hoja, un palito de algún árbol, caminábamos lentamente para evitar resbalarnos, sentíamos los pies fríos y, a su vez, el barro que nos hacía cosquillas, hasta que de repente sucedía lo que estábamos esperando: Un auto que se aproximaba y nosotros que aprovechábamos el envión para soltar a nuestros barquito con el primer impulso de las olas y luego la carrerita interminable. Los veíamos evadir obstáculos por el costado del cordón, los veíamos alejarse, humedecerse e hundirse, los levantábamos una vez, los sacudíamos y los volvíamos a apoyar cuidadosamente en el río, corríamos unos metros a socorrerlos hasta que, uno a uno, iban hundiéndose y desapareciendo.

Aquella vez nos quedamos hasta que se hizo de noche, hasta que el frío nos arranco un estornudo, pero no importó porque para ese entonces la tarde, junto con la infancia, se nos había pasado en un suspiro.

Música: Barquito de papel, Serrat.

jueves, 5 de agosto de 2010

ciudad distante.

Ella está ahí callada, distante, silenciosa, ausente. Escondida en la ventana que apunta hacia la rutina busca irse con el sonido que la ciudad le devuelve, evitando de esta forma que, sus ojos empapados de recuerdos, sean vistos.
El juego de contraluz sólo nos permite ver su sombra, su rostro indescifrable busca escaparse a la ciudad y así poder ignorar las lágrimas que presionan por salir. Sus ojos, se le llenan de amargura; su rostro, se vuelve cada vez más enigmático para el, y ella, al escaparse por la ventana hacia esa ciudad callada, distante, silenciosa y ausente busca fundirse en la masa anónima de los otros y desaparecer…

Estar en esa habitación le hace mal, Ella lo mira perdiéndose con su mirada en el tiempo.
Mientras anécdotas caminan por el aire, sentimientos y sensaciones se chocan en medio del silencio y de fondo suena por los parlantes: “mucho, mucho ruido”. Quizás sea mejor que la música los invada para restarle importancia. Pero la nostalgia, junto con promesas y recuerdos, desfiguran su rostro.

Enciende un cigarrillo, posa su codo en el marco de la ventana y desaparece, permitiendo de esa forma escaparse, nuevamente, de la realidad del cuarto y sin embargo no le queda más remedio que aceptar que hoy a él, le toca partir

y en el silencio sólo queda una ciudad que ya a él no le corresponde, y un futuro donde el nombre de ella no aparece.

domingo, 1 de agosto de 2010

A veces, la mejor opción es no pensar. Dejar pasar los pensamientos como ráfagas, momentos en segundos, borrones indefinibles que turban la mente y confunden.
A veces, hay que decidir no pensar más de la cuenta, pensar de más confunde, complica, pensar de más, está de más.
Y quizá se me acuse de cobarde, por huír descaradamente de mis emociones, pero en el mejor de los casos, no pensar y darle paso a nuevas ideas solventa muchas contrariedades y sensaciones no gratas (y no buscadas) que se podrían evitar.
No me jacto de decir una verdad bastante obvia, este fragmento pretende tener una intención sincera y sin demasiado artilugio o bella retórica.Este fragmento improvisado en el momento es lo que hay.
A veces, la mejor opción es dejarse llevar...

sábado, 31 de julio de 2010

Suicidio colectivo

La oscuridad nos irrumpe en la tarde y, sin embargo, parece que en cada mesa el lento juego del amanecer se repite constantemente mientras la moza prende, una a una, las velas. El cielo se vuelve gris, las nubes son traídas por un viento sur, la noche se va volviendo cada vez más fría y el viento sopla cada vez más fuerte levantándole el vestido a las velas y produciendo, en cada soplo, un juego de formas y de rostros que se trastocan, se acercan, se evitan y se estrellan, uno a uno, en la pared.

viernes, 30 de julio de 2010

Arena movediza

Pasada cierta hora de la madrugada todo lo confuso adquiere cierta claridad y sin embargo esos pensamientos no puedo hacerlos latentes. Las respuestas encuentran a las preguntas pero ellas están ahí escritas en el paredón de mi mente, y yo las leo, las leo con claridad sin comprender lo que dicen.

jueves, 29 de julio de 2010

miércoles, 28 de julio de 2010

Sonidos vs Silencios

Con más pausas que palabras,
intento aclarar lo que pienso,
hay palabras que no puedo
pronunciar y verdades
que me niego a aceptar.

Se que puedo gritar para callar lo que pienso,
puedo esquivar la mirada para hacerme el que no miro,
pero cierro los ojos y la imagen se repite
y el CD se detiene en la misma
nota estridente.

Si me pongo los auriculares
simulo no escuchar,
si escucho la canción que suena
intento que mis pensamientos
se tapen entre notas...
pero cada vez suena mas fuerte.
Mis pensamientos chocan en mis oídos
ya no sirve dejar de ver,
ya no sirve esquivar la mirada,
ya no sirve hacer el que no escucho

No lo acepto.
leo en voz alta
pero el afuera me incomoda
y estar dentro no lo soporto

Un rostro que se desfigura.
una verdad que es callada
un silencio que irrumpe
y lo dice todo.


La música como escudo
del afuera y del adentro,
adentro del circulo de Moebius
y afuera a la vez.
Corcheas, negritas,
y luego el silencio que irrumpe
y lo dice todo.

miércoles, 21 de julio de 2010

Metamorfosis

La imagen es como una diapositiva borrosa, como si la fotografía hubiera sido sacada en movimiento. Y a pesar que no se puede distinguir lo que hay en ella, yo sé muy bien lo que contiene.
Aparece y desaparece, o mejor dicho, pareciera que fuera la única diapositiva componente de la serie, todas las demás están en blanco.
Ya el aroma es lejano, las sensaciones apenas palpables, pero hay algo en mi ser que no te olvidó y cada referencia al amor que oigo o percibo me remite a vos.
Es una decisión que se toma, que tomé, el dejarte atrás, y quedarme con las sensaciones, sólo las buenas. Pero es que te siento tan cerca…y que todo puede ser posible, otra vez… pero luego recuerdo las razones por las cuales dejamos de vernos y todo se desmorona. Y vuelvo a la realidad. Toda esa bruma componente de aquel imaginario onírico que tenía se vuelve gris, hasta quedar negro.
Sufro de todas maneras, teniéndote y no haciéndolo.
Entonces llego una vez más a la misma conclusión de siempre: el tiempo sanará, dejará pasar. Para que nuevas olas se lleven los restos y se limpie el mar. Y se limpie el mar.
En mi mente, la imagen es una suave brisa fría, y un pájaro volando en dirección contraria a mí, volviéndose cada vez más borroso para mi vista, y la imagen se apaga. Y todo se vuelve blanco…
Música:
-Metamorphosis six, Phillip Glass-.

sábado, 17 de julio de 2010

Postales Cotidianas

Cuando a la verdad se le pone precio,
cuando las noticias son tergiversadas
y sólo una mitad de la historia es contada
digo basta…

Palabras que exasperan
tumultos beligerantes,
denigrantes,
mugre, más mugre.

Autopista embarrada,
ferrocarriles en desuso,
hoteles que cierran,
década del noventa que no existe,
luces de neón que no encienden.

Suburbios que aumentan,
barrios que se encierran,
pobreza en decadencia,
pobres contra pobres y los ricos miran,
y los ricos disfrutan.

Consumismo que gobierna,
consumismo objeto de todas las codicias
inequidad, desigualdad, Subordinación.
PBI que disminuye,
el cospel aumenta
y las posibilidades se evaporan.

Pasaporte en bolsillos
lagrimas en las mejillas.
familias que ya no son,
momentos que no existen
recuerdos que ya fueron.

falta de compromiso,
solidaridad que es un iluso,
banderas que flamean sin sentido.
escudo que se olvida, escarapela que no se usa.
redes sociales que no funcionan,
teatros que se venden, cultura que se pierde.

Bosques que se extinguen, recursos que se acaban,
tierras que se venden, aborígenes que ya no son,
cultura en decadencia, cultura que no existe,
multitud de individuos que se cruzan
que se enmarañan, que se ignoran
humos maltratando la ciudad,
alterando nuestro humor,
belleza cotidiana que ya no se admira.
estrellas que no se ven
el verde que no es verde
y el cielo que es solo gris…

lunes, 5 de julio de 2010

Las hojas del almanaque siguen su lenta caída hacia el piso mientras vos estás ahí suspendida en el aire…

jueves, 24 de junio de 2010

...

Alguien en un bar espera que le traigan la cuenta y mientras tanto se acerca el mismo nene de siempre y le dice: –”hola, disculpe las molestias” y continua ofreciendo su producto y sus palabras empiezan a sonar como gastadas y repetidas. Me gustaría saber que cosas saldrían de su boca si las condiciones y su historia hubiesen sido diferentes.
¿Podrá jugar? ¿Cuál será su juego preferido? ¿irá al colegio? ¿y sus hermanos?
Afuera llueve, la noche recién comienza y su bolso está lleno todavía de manoplas cocidas a mano. ¿cuantos bares tendrá que visitar por día?. ¿Será en algún punto todo esto un juego para él?

El no entiende de jornadas laborales, y me pregunto si sabrá de la existencia de Nueva York y de la convención que se dictó en Noviembre del 89.
Un grupo de amigos discuten las implicancias de la limosna, discuten si es lo correcto dejarles una moneda o si darles dinero es fomentar a que la situación no cambie. Otro de los que están presentes dice que darles una moneda es un facilismo para ambas partes ya que los que tienen la posibilidad de sentarse en esta mesa, al darles una moneda se despojan de la culpa y podrían seguir manteniendo, hasta la próxima salida, su mirada inocente, Creyéndose que, por cincuenta centavos hicieron la acción del día.
Otra vos, un tanto tímida, irrumpe diciendo que es conciente de que con una ayuda, que con una moneda no cambian las cosas, pero que si sus centavos alcanzan para que por lo menos, por una noche, no les peguen a los niños a ella la dejaba un poco más tranquila…

Unos nenes en el hall de un hotel en Chacabuco, están abrazados y tienen frió, no por el clima, sino porque saben que en su casa les espera una mano dura, es un frío de miedo que les corre por dentro y los paraliza. ¿Cuántas veces habrán probado el sabor de la amargura? ¿Cuántas lagrimas habrán salado sus labios? Tienen frío y miedo, lloran porque saben que al volver en casa no les espera un plato de comida, saben que los espera un maltrato por no volver con suficiente guita para el tetra.
Lloran porque por haber gastado parte de lo que les dejó mendigar, lloran porque ahora no les alcanza para el cospel y son las 11 de la noche, y en sus casas hay un padre que los espera, aún sobrio, aún lúcido y sin embargo ebrio de furia y rencor.
Un padre que piensa que es con violencia que le gana la batalla al destino. En cada golpe de sus puños sobre el rostro de estos niños el se siente mejor y sólo recién cuando el dolor de él se apacigua, solo entonces cesa, pero para ese entonces el labio ya está cortado, la sangre ya mancho el piso y las lágrimas inútilmente intentan borrar las marcas de la impotencia…
Un padre que vuelve de paseo con sus hijos los ve y escucha sus llantos, se acerca y les pregunta desesperado en que puede ayudarlos, intenta acariciarles su rostro y el pelo, pero la caricia es rechazada por ser desconocida. Para ellos la mano de un hombre acercándoseles es una reminiscencia muy fuerte y muy fresca de la última golpiza. Entre impotente y desconcertado vacía sus bolsillos en sus temerosas y aún desconfiadas manos. Le parece que es poco un billete de diez pesos y varias monedas, le parece que no alcanza pero es lo único que tiene.

A esa hora de la noche y frente a semejante diapositiva se me hace muy difícil pensar en alegrías y sin embargo un par de monedas y un billete sirven para que esas lagrimas no eclipsen la sonrisa de sus rostros, para que puedan volver a su casa un poco más aliviados porque no vuelven con las manos vacías. Porque con lo que llevan ya alcanza para el tetra y porque quizás hoy no reciban una golpiza.

lunes, 21 de junio de 2010

Dice Pizarnik:

"Quiero que mires por la ventana, que me digas lo que veas. Gestos inconclusos, objetos ilusorios, formas fracasadas… como si te hubieses preparado desde la infancia, acércate a la ventana.”* Dice Pizarnik y es fantástico porque estoy arriba de un colectivo sentado del lado de la ventana y mientras leía iba alternando entre texto y texto mirar por la ventana, y lo estaba haciendo antes de leerla, pero ahora parece que es Pizarnik quien me lo pide casi exigiéndomelo. Ahora es casi obligatorio que me detenga a mirar. El relato de ella sigue y empieza a describir, y lo que ella dice ver se parece a lo que yo estoy viendo y ya no se de que lado me encuentro, ahora no se si es mi visión por la ventana la que completa el relato, o sí en cambio, es el relato quien completa, da sentido y forma a lo que veo.


*Los poseídos entre lilas IV

martes, 15 de junio de 2010

Crónica de la ciudad de Montevideo

Ésta historia la escuché por primera vez a los cinco años, o seis, cuando el concepto de amistad residía en compartir un espacio con mis hermanos, corretear libre por el patio de la casa de mi abuela jugando con ramas que, de un segundo a otro, pasaban a ser un arma último modelo y que instantes después, luego de yacer muerto en el piso, se convertía en espada, y quizás también en manubrio de bicicleta. Así pasaba mis días y mis mañanas entre la niñez y el verano que no acababa nunca.
Esta historia la escuche por primera vez sentado en el piso del porche, sentado como indio de piernas cruzadas y con los codos pegados a mis rodillas y mis manos sosteniendo la cara desde su base, la pera.
Me acuerdo que era de mañana, que mi Bis Abuela se mecía placida en la silla y mientras la relataba, yo miraba fijo como sus piernas se mecían y como el mecerse acompañaba rítmicamente el compás de su voz y el de la historia.
La escuche por primera vez en un tiempo donde Galeano no existía para mis ojos, y que por lo visto tampoco hacía falta.
Así paso esta historia como tantas otras. Ella siempre balanceándose silenciosa y yo siempre mirándola sin mirarla, con la cara tensionada, inmóvil, respirando poco, reservando el resto de mis energías en abrir los oídos y memorizar cada una de sus palabras.
Así pasaron como péndulos aquellas mañanas entre sus interminables historias, la escondida y “piedra libre para todos los compas”, volando con la imaginación y sus inacabables formas, queriéndola sin decírselo y abrazándola sin tocarla.

sábado, 12 de junio de 2010

La angustia invade mis sentidos

No puedo dormir esta noche, no se cierran mis ojos, y al hacerlo siento que todo se deshace. Me hundo en la oscuridad de mi cuarto al tiempo en que los recuerdos en mi mente aparecen. La realidad se vuelve confusa, ya no se qué ha sido de vos, no tengo en claro donde estoy, me veo corriendo detrás de una figura (no se si eras vos), al tiempo en que me veo en mí cuarto refugiado del tiempo, de vos (qué ya no se sí sos vos) y de mi…
Ya no me acuerdo de vos (¿serás vos?), tú rostro se ha confundido entre tantos otros, tu voz ya no llega a mis oídos con claridad y tú cuerpo se esconde en la muchedumbre. todo se vuelve aparente y no puedo determinar con certezas donde estoy, no se si estoy soñando con que te busco o sí el sueño es pensar que alguna vez te tuve, ya no se sí tú rostro se confunde entre tantos otros o sí aún sigo buscándolo, no se sí he sentido alguna vez tú piel (que tanto extraño!) o sí el sueño de estar contigo ha sido tan real que hasta recuerdo (y me da escalofríos) tu mano haciendo dibujos en mi pelo…
La angustia invade mis sentidos me doy cuenta de que estoy solo y me pregunto (es que no entiendo!) ¿Sí nunca te tuve, sí nunca discutimos, sí nunca supe nada de vos, si tú rostro es sólo un sueño, sí tú voz, tú risa, tú canto sólo suena para mí, porqué te fuiste? ¿por qué me dejaste?

domingo, 6 de junio de 2010

FRAGMENTO (sol un fragmento)

Soy inconformista, le busco siempre la quinta pata al gato, quiero más, nada me alcanza, por eso, hasta que me tranquilice, hasta que me bajen un poco los humos y “cambie de aire”, aclare mi mente, te pido amor, desaparecé por un tiempo. Porque sé que sos lo mejor que le puede pasar a un ser humano, sos, concretamente lo más sincero que me puede pasar, porque quiero llevarte conmigo a lo largo de mi vida, porque quiero seguir experimentándote, porque sé que sos magia. No quiero hacerme problema por vos, no quiero sufrir, no quiero padecerte, no quiero tener que necesitarte, y lo digo una y otra vez, porque amor, por mucho que te deseo y quiero sentirte (y con plenitud) no quiero padecerte. Asíque andate, basta, desaparecé de mi vista. No me hacés bien en estos momentos. Será hasta más adelante, por ahora, no quiero recibir más noticias tuyas.

sábado, 5 de junio de 2010

Jueves

Ahora que ya se termino, ahora que el murmullo se hizo silencio y la herida dejo de sangrar, ahora que ya estás muerta y yo estoy encerrado ahora puedo explicarlo.
Antes no.

Antes no, porque me encontraron con el arma y no preguntaron. Directamente me encerraron sin ver las lágrimas recorrer mis mejillas.
Al repasar los motivos pienso en la noche anterior, recuerdo que me criticaste que nunca pongo fecha para casarnos, te enojaste porque al parecer con convivir ya no te alcanza. Y sin embargo explicarte mis motivos no podía.

Me levante temprano sin ganas de afeitarme. Verte ahí tendida en la cama, libre de preocupaciones, con el torso desnudo y los pelos despeinados me hicieron pensar que esta vez sería diferente…
Decidido salí al trabajo, te dejé un beso y un buen día en una nota al lado del reloj. El desayuno quedó enfriándose en la mesa, no quise despertarte, quería que esa imagen tuya en la cama me acompañé en el comienzo del día.
Me excusé del trabajo, no tenía mucho dinero, pero la decisión estaba tomada...
Con el anillo en mi bolsillo quería que el día acabe, quería llegar antes que vos y esperarte con las velas prendidas.
Sólo quería llegar, preparar todo, esperar que llegues y decir por vez primera en vos alta esas palabras que hace 4 meses estaba practicando.
Ésta vez sería diferente…


Llegue y todo sucedió demasiado rápido.
Aunque te escuché gritar palabras inconexas deje que se pierdan en la habitación. No supe si estabas ensayando tu papel para la obra pero me tendría que haber dado cuenta, esa escena con el cuchillo ya la había soñado...

Cuando reaccioné ya era tarde.
Con una de mis manos alcance a retirarte el cuchillo, el daño estaba hecho: La sangre ya había manchado el piso. Con la otra intentaba presionar para contener la herida.

y después lo que todos saben…

La vecina que escucho gritos y se alarmo.
La policía que llego y que me encontró aún con el arma en la mano.
Yo sin saber porque no solté el cuchillo.

Moriste al instante.



El reloj da las seis, y empieza a sonar.
entre confundido y aliviado, lo apago.
fue sólo un sueño repito, fue sólo un sueño.
todos los jueves el mismo sueño.
me levante temprano sin ganas de afeitarme. Verte ahí tendida en la cama, libre de preocupaciones, con el torso desnudo y los pelos despeinados
me hicieron pensar que esta vez sería diferente…

domingo, 23 de mayo de 2010

Otoño

Hojas caídas y secas, correr por el patio pisarlas escuchar el crujir de las hojas. Crujir que te delataba cuando jugábas a las escondidas o cuando te acercábas sigiloso, cual gato para atrapar a su presa, a la chica rubia de la infancia. Te acercábas desde atrás para taparle los ojos, buscando una excusa tonta para rozarle el rostro, para sentir de cerca ese perfume, para jugar con sus pelos y dejar que el calor de tus manos se traspase a su nariz un tanto fría y roja… y ahí estaban las hojas, separándote de ella.
y luego vino la tarde en la que se callo de la bici… vos viste que fue a propósito pero no te importo, ella también te quería y también buscaba excusas para que la acaricies, estabas limpiando con agua esa rodilla apenas lastimada, estabas acariciando su rodilla mientras jugabas a ser doctor.
Después…

jugar a la escondida y que te siga
y dejar que la sigas.
Escuchar sus secretos y sentir su boca tibia en tu oído

Buscabas compartir la taza y observabas en detalle donde ella apoyo sus labios para tomar la chocolatada y vos los apoyabas en el mismo sitio para sentir en tus labios la tibieza de los suyos…
pero el otoño paso, crecieron,
Vos te quedaste en tu mundo.
Ella se quedó en el suyo.

las realidades los separaron…

Y sin embargo, cada vez que el otoño llega; cada vez que salís al patio a buscar hojas secas para hacer la tarea de tus hijos; aún hoy después de tanto tiempo, cada vez que escuchas el crujir de las hojas tus pelos se crispan y se te acelera el corazón, te quedas inmóvil unos segundos esperando ingenuamente que sea ella quien te abrace por la espalda. Que sea ella, como vos fuiste hace ya 30 años, quien camine sigilosa por detrás y pose sus manos en tus ojos, y pregunte con sus labios cerca de tu oído: – ¿Quién soy?

domingo, 16 de mayo de 2010

Espejos rotos del tiempo

Ella piensa, solo piensa, porque es lo único que puede hacer, porque luego de esa mañana rojiza, donde su vista se obnubiló y su mundo oscureció, el espejo se rompió.
Un dolor intenso la irrumpe, se queda sin fuerzas para llorar, las sabanas enmudecen, los culpables no emergen y quien tiene que dar la cara se encubre tras su mascara.
El espejo se lleva su imagen, ella se desangra al tiempo que sus sueños se desgranan y su mundo se desarma…
Irresponsables saquearon su juventud, miserables contaminaron sus sueños, las sombras la atosigan, el sentimiento de culpa la abraza y se aferra a ella producto de una historia a propósito mal contada. Imprudencias que sólo consiguieron enmudecerla de cuerpo y alma, imprudencias que la obligaron a inmiscuirse en su cuarto, a juntar fuerzas para volver a mirar al espejo. Y mientras tanto los entendidos murmuran como si lo ocurrido fuera un secreto.
Las palabras hirientes, pero a la vez inocentes, brotan a borbotones en bocas cizañeras de jóvenes que se animaron a soltarlas sin dimensionar cuanto afectaban a esa alma que, pese a su desgano, se puso de pie y salió a pelearla. Aún así, no los culpo por insensibles…
¿Quién diría que en tan pequeño cuerpo cabe semejante historia? ¿Quién diría que sus brazos, que parecen tan frágiles, le ganaron la batalla a lo que al parecer era irrevocable?
Aún así, No los culpo por insensibles. Culpo al tiempo por irreversible, por no permitirle volver atrás, por dejar frente a su cuerpo sombras que persiguen a sus sueños… espejos rotos del tiempo.

lunes, 10 de mayo de 2010


«Cuando el hombre quiso imitar el andar, creó la rueda, que no se parece en nada a una pierna. Así hizo surrealismo sin saberlo». Guillaume Apollinaire - poeta francés-.

LA GRAN FAMILIA Renée Magritte.

INTENTO DE MONÓLOGO BANAL

- ¿Cómo soy yo? A ver… (muy pausado, voz clara, firme, no arrastra las palabras).
- ¿Cómo describirme? ¿Querés que me describa? No sé. Lo único que se, es que se muy pocas cosas de mí. Eh… me gustan los palmitos. AMO los palmitos. Me encanta llegar a la noche, abrir la heladera y meterme un trozo de palmito en la boca, frío, firme, pero jugoso por dentro. Me gustan las tardes al aire libre, en algún parque, por ejemplo, pero (acelera el ritmo del habla) me gustaría tener uno como la gente, cerca de mi casa, sino, tengo que andar recorriendo todos los parques y plazas de capital federal como una loca y…no encuentro mi espacio…¿me entendés? (Pausa). El aire libre me termina asfixiando.
- Bueno, como te decía…no sé si esto que te estoy diciendo sirve, ay, es que…no sé cómo presentarme, ¿cómo tiene que actuar uno en la primera cita? (duda, temerosa), ay, digo..esto ¿es una primera cita, no? Porque….no sé, digo, al verte, así vestido y todo, como que me dio la sensación que era una cita. Igual, yo soy cero formalismos eh, digo, ¿qué hace formal a una cita? ¿La forma de vestirnos? ¿El lugar elegido? ¿Es la noche? ¿Qué pague el hombre? Bueno, perdón, que “invite” el hombre. No sé, hace mucho que no salgo con un hombre. ¿Tengo que preguntarte cómo te parezco yo? ¿Es este el momento? No sé, vos decime, soy tu esclava, jaja…no… digo…Que, me ayudes, que me digas algo si te molesta o qué querés que hagamos…no sé. (pausa). Sos lindo (espera reacción, lo mira). Bueno, digo, lo hice como para romper el hielo, es como una manera de proceder…no? De avanzar en la…comunicación (reacción y miradas de ella que evidencian que él no le presta atención y se aleja). Esperá! ¿Qué…qué hice? ¿Qué dije? ¿O fue lo que no hice? ¿Lo que no dije? ¿Qué? Esperá, ni siquiera me dijiste tu nombre…(él se fue). Murmura para sí: me parece que lo de los palmitos estuvo de más.

sábado, 8 de mayo de 2010

Llanto

Sus pequeños ojos negros se inundaron de repente en un mar de preguntas, de incógnitas que se aclaran y muchas mas que se oscurecen. Nuevos miedos con los que tiene que convivir, nueva realidad que lo circunda.
La voz no le sale, la angustia no lo deja hablar, me mira inmóvil. Absorto me mira sin comprender lo que escucha, sin querer hacerlo pese a que sus oídos sean capaces.
Las manos refriegan su cara, frota su frente, sacude sus pelos y una primer lagrima temerosa irrumpe en su rostro y junto con cientos de ellas desfiguran su rostro.
Mi realidad también se vuelve borrosa, yo también rompo en llanto. Lloro por haber sido quien le revelo una realidad por siete años oculta; por no saber si fue lo correcto; por estar enfrentándome nuevamente a esa historia tan pocas veces contada; por no poder responder a sus preguntas y sobre todo porque él llora al tener que convivir con sus ausencias, porque sus amigos se pelean con sus viejos y el desearía poder hacerlo, porque nunca disfruto de jugar a la pelota en una plaza, porque los recuerdos que tiene sobre el no le corresponden. Llora porque nunca lo tuvo, porque no entiende su muerte.

llora, porque no puede hacer otra cosa.

domingo, 2 de mayo de 2010

Le Clochard


La mirada de los ciudadanos es lo peor, ver sus ojos cínicos con temor a que este viejo consumado por el tiempo, les haga daño, me aniquila. Paso al lado de ellos evitando conectar sus miradas con las mías, me acostumbré a caminar haciendo de cuenta que no están, del mismo modo en que ellos parecen haberse habituado a esperar el colectivo, haciendo de cuenta, que es sólo el viento quien pasa por su lado…
Para ellos, yo no existo, soy una de las tantas postales de este mundo y sin embargo sus ojos temerosos me evitan, ¿acaso no entienden que yo no elegí esto?
Aunque cueste, debo aceptarlo, soy un linyera que se acostumbro a conformarse con la frialdad de un mármol añejo del cabildo, y a poder conciliar el sueño entre campanadas y campanadas de la catedral, soy un linyera que se pasa los días en busca del placer perdido, recorro mí ciudad en busca de una colilla de cigarrillo que tenga, aunque sea, una pitada que me ayude a sobrellevar esta, mí realidad.
Busco en el suelo ese vicio que no está al alcance de quienes tienen que preocuparse del lugar donde van a pasar otra noche, vicio que no está al alcance de los que quieren dejar de protegerse de aquellas personas, que pese a estar en las mismas condiciones que uno, no pierden la oportunidad de robarte y despojarte, poco a poco, de los últimos gramos de dignidad.
El tiempo consume lo que queda del día y lo que queda de mí, el tiempo va dejando marcas en la memoria que me obligan a vivir con ese sabor amargo. La realidad se impone a la fantasía y me siento como un ángel empantanado en busca de sueños que me resigno a hacer a un lado.
El sol cae tras mi espalda dejándole lugar a otra noche mas de invierno, hace frío y no tengo abrigo; el sol cae tras mi espalda, otro día acaba y yo sigo caminando por las calles rodeado de tantas personas desalmadas…
Los luceros de la noche me rodean, se meten dentro de mi cuerpo, se apoderan de mi, ahora el frío empieza a recorrer mis venas, mis ojos se resignan a cerrarse pero se que el final esta cerca…

jueves, 29 de abril de 2010

Servilletas

Una cerveza transpirada por el calor de la sala arriba de una mesa de bar, la mesa ubicada entre una puerta inhabilitada y una imitación de un cuadro descascarado por el paso del tiempo y él que reposa en su silla. Sus ojos apuntan hacia el pasillo, su sombra parece desprenderse de él, y se posa en la pared. la decoración del ambiente se completa con maníes desparramados, sal en la mesa y en sus manos.
Servilletas manchadas de tinta, arrugadas a un costado… Palabras hechas papel y un nueva servilleta se acumula en el desprolijo montón, dejando de ser lo que es, para pasar a formar parte de la historia que la lapicera parece inscribir en ella, cual gubia modifica la madera para convertirla en xilografía.
Las risas acompañan la música ambiental, pero no la escucha. Sacude la cabeza, renegando de una idea, buscando entre sus recuerdos una palabra que concuerde con la rima, se mueve inquieto en la silla, se para cambiando la perspectiva como quien se aleja del tablero para idear su próxima jugada. Se vuelve a sentar esta vez mucho más calmo, mientras afuera la ciudad se estremece. Las ideas parecen ahora fluirle, inútilmente corre de sus ojos el pelo que se escapa de su oreja, la rutina se repite casi al mismo tiempo que el compás que se escucha por los parlantes.

Va al baño a mojar su cara y secar su transpiración. Demora su regreso en el patio tomando un poco de aire y buscando aclarar sus ideas. Fuma, y entre pitada y pitada retiene entre divertido y absorto el aire en su boca, su vista se pierde en el lugar, esta parado en el patio, pero en realidad esta metido en la historia que reposa en su mesa. Mientras fuma gesticula y balbucea palabras que nadie comprende, parece discutir las ideas del próximo párrafo. Arroja la colilla al piso, y con el primer paso hacía la mesa, lo apaga. Al volver vio como la moza que lo atiende, se dispuso a limpiarle la mesa, sin ser conciente de que la historia en papel sintético iba desapareciendo junto con la sal y el agua transpirada de la botella, a medida que la humedad de la rejilla recorría la madera.
Colérico se sienta y desenfunda nuevamente su arma. Pero la obra ya no será la misma, porque los clientes de la mesa 3 ya cenaron, porque la mesa 4 ahora esta vacía y el pabilo de la vela va consumiendo el resto de glicerina y está próximo a apagarse. Ahora hay demasiado espacio libre, ya no hay tanta distracción.
Con voz triste y una mueca desesperada pide resignado otra cerveza.


Y más servilletas.

miércoles, 21 de abril de 2010

Coraje

“¿Cuál es el sentido de todo esto?” Se preguntó una madrugada, en la que había permanecido desvelado toda la noche, y de repente se encontró mirando, desde la rendija de la ventana, el brillo del sol asomándose, entre colores naranjas y violetas. Esa madrugada era muy extraña. Y había llorado.
Sus ojos se aclaraban a medida que posaba fijamente su mirada sobre ese destello cegador. El tiempo pareció detenerse. Cerró los ojos. Su cuerpo le pesaba. Sentado en la mitad de su cama, con las piernas cruzadas pensó: “No puedo más….no puedo más ¿de qué?” Esa frase repetitiva comenzaba a cansarle. La vida era demasiado trágica para poder soportarla, el sentido se fue perdiendo a lo largo de los años, a medida que crecía, a medida que se aislaba del resto, a medida que se encerraba en sí mismo. Y ahora, parecía encontrarse en un laberinto que tenía la salida muy lejana, perdida, bien escondida.
Sus pensamientos funcionan de manera demasiado cinematográfica, producto de la influencia que tuvo este fenómeno en su vida. No sabía si considerar eso como una virtud o algo perjudicial. Lo alejaban de la vida real, eso sí.
Abrió un poco la ventana, sólo un poquito, una brisa ligera entró a la habitación, rodeó su escaso cuerpo produciéndole un escalofrío.
El cielo parecía ser tan fácil, tan libre…quería sentirse libre, sin dolores en la espalda, quería vivir sin depresión. Pero él mismo parecía estar hundiéndose más y más. Con altibajos, pero el agua ya le llegaba al ombligo.
Su interior era como una rosa que se marchitaba de a poco, y cuando no terminaba de morir, mágicamente volvía a renacer, pero no como nueva, sino, con grietas, pequeños agujeros, cortes.
Un pensamiento que no le dejaba de dar vueltas en su cabeza, y que intermitentemente hacía varios años que reaparecía, una idea cuasi utópica pero no por eso imposible: “Algún día me voy a terminar suicidando”. Así, tan dura, tan cruel pero así de simple. Morirse era equivalente a estar reposado en su cama sin hacer nada durante muchos años más. A él le daba lo mismo, solo que muerto, no se aburriría. No deliraría, no sufriría. Todo quedaría detenido para siempre.
Parpadeó, el sol ya no le daba en la cara, su cuerpo se encontraba encorvado, la cabeza gacha. Enérgicamente levantó la cabeza, abrió bien los ojos, miró hacia el techo de su habitación, respiró hondo y sin pensarlo dijo, en voz alta: “No serías capaz. Sos demasiado cobarde para cometer un acto tan crudo como ese”. Se levantó desganado y se dirigió pesadamente hacia la cocina.
Y mientras tanto el tiempo retomó su cauce, y el agua seguiría subiendo…
“Demasiado depresivo para esta vida, no tiene sentido vivir así” musitó.
¿Sería cuestión de tomar un poco de coraje?
Y vagamente piensa: “El ser humano trata, constantemente de buscarle explicación, fundamento a todo lo que hace, manifestando sus emociones a través de sus actos. Pero esas explicaciones nunca van a llegar. La vida es un gran enigma, el eterno enigma…”. No todo tiene que tener (necesariamente) explicación. Todo es más sencillo cuando no pensamos tanto.
Aún así, sigue siendo demasiado cobarde para eso también.
Es cuestión de tomar un poco de coraje.

domingo, 18 de abril de 2010

Silenciosa Complicidad Social


hace tres años
frente al vacio
de políticas públicas
frente a la agenda pública
que le deniegan la inclusión
una luz en la oscuridad de la noche
empezó a titilar,
hace tres años
cansado de que el patrón le pegue,
cuando se canso que el mate y el pan
sea su único alimento
cuando su situación no dio para más
en La Luciérnaga empezó a trabajar.


Desde hace tres años
Está en esta esquina,
sus labios sellados por el tiempo,
lo muestran recto e inmune
frente a la violencia y el desprecio
de quienes creen que por tener más dinero
lo pueden maltratar

frente a la mirada de la sociedad
que se niega a comprenderlo,
frente a la soberbia
de una vieja hija de puta,
que en vez de decir: -no gracias.
le arrojo un folleto arrugado a la cara.
frente a todo eso se siente impotente.
y sin embargo…
con la frente bien alta
con un brillo
alegre y triste en sus ojos negros
dice querer estudiar.

aprovecha que su voz es escuchada
para escupir verdades.
palabras que son oidas,
toman fuerza,
le dan fuerza
y no se calla:
ni infancia
ni colegio
ni tiempo para jugar
sólo policias que lo golpean,
sólo situaciones que se repiten.

y sin embargo…
con la frente bien alta
con un brillo
alegre y triste en sus ojos negros
al sentirse escuchado
en medio del silencio,
su boca sonrie.
se siente menos sólo
se siente mas vivo.

miércoles, 7 de abril de 2010

Preámbulo

Me quedé con ganas de más, pero no puedo hacer nada al respecto. No me queda más que imaginarme quien es Griselda, buscando hacer coincidir a la Griselda del cuento con las imágenes de todas las Griseldas que conozco. ¿Especie de condensación?, quizás, acabo de rendir psicoanálisis y tengo la teoría y la práctica jugando en el carrusel de mi mente.
Esta bien así, me digo para mí. Total estoy jugando.

Griselda... no dice mucho de sí, pero ella si dice mucho de otros, de todas formas los artistas tienen ese poder omnipotente y casi impotente (suelo jugar con la similitud de las palabras aunque no signifiquen lo mismo, me causan gracia y ya esta).
total estoy jugando, me vuelvo a decir y retomo.
Todo artista se escapa de esa tediosa tarea de dar explicaciones o justificaciones. Todo artista actúa, pinta, escribe, lee, filma, fotografía, crea, canta, dibuja o hace lo que quiere… y el resto corre por cuenta nuestra para que realmente surja la obra.

Entre las sensaciones que me producen es muy común esa sensación de querer saber más. De encontrarme alguna vez con un texto que, antes de comenzar, describa la vida de cada uno de los personajes; del momento histórico en el que se encuentran; la época y la estación en la que el hecho sucede. Me gustaría encontrarme algún día con ese preámbulo del cuento (o poema) en el que no quede nada librado a la imaginación. Para que después, pueda inmiscuirme en esa ardua tarea de leer, pero leer con todos los sentidos. Que en ese preámbulo, también expliquen lo que pasa después del cuento. Cómo se alteran, o no, sus vidas a partir de ese instante.
Que me digan (quizás entre paréntesis, quizás con notas al pie o con negrita) que es lo que están pensando los personajes al mismo tiempo que la historia transcurre; como se va modificando su estado de animo; como cambia su postura corporal para hablar,

o callar.

Que me digan.
Pero está bien así, me digo para mi. Total estoy jugando.

lunes, 29 de marzo de 2010

Pelusita Ambulante

Ayer en "alfonsina" una nena se acercó tímida, silenciosa, con la cabeza gacha y los ojos ocultando su vergüenza, su condición. Se acercó a dejar un llavero "abre latas" en la mesa y siguió monótona y silenciosamente en el resto de las mesas dejando el llavero, y dirigiéndose luego a otra mesa, y luego a otra, y Otra imagen cruda, otra postal cotidiana de la sociedad y otra realidad que se vuelve invisible, como la de las trabajadoras sexuales, o los limpiavidrios en córdoba.
Mientras la veía partir, Flor seguía contándome vayaunoasaberque, porque la dejé de escuchar, quería intentar sacarle una sonrisa a la nena, volver a subjetivarla, hacerla presente en ese bar. Darle voz.
Cuando la nena volvió, susurrando preguntó si le queríamos comprar el llavero...
Yo sin susurrar, mirándola a los ojos le pregunté como se llamaba, a que colegio iba, cuantos hermanos tenia. A cada pregunta, en ella aumentaba su nerviosismo, pero también su alegría, se la veía más contenta y suelta. Estaba expectante, pero no por las preguntas, sino por el diálogo. Por ver que alguien se preocupa por saber quien es, que hace, como es, donde vive... En ese encuentro me regalo una dulce sonrisa y sus pestañas gigantes, unos ojos negros hermosos, me regaló la ansiedad de sus piernitas cruzadas impacientes haciendo dibujos en el suelo, me regaló su voz, su pelo, su infancia, y fue genial, pero también triste, difícil de tragar.

Ayer en "alfonsina" una nena se acercó tímida, silenciosa, con la cabeza gacha y los ojos ocultando su vergüenza, su condición...
Ayer en "alfonsina" Eva se alejó de la mesa contenta, alegre, erguida, sonriente, con sus ojitos brillantes y la frente en alto.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Ruta de Escape

tengo una idea dando vueltas, una lista con horarios de colectivos, un plazo fijo con ahorros, con la herencia. Tengo una mochila con lo necesario.

Lo tengo todo ideado

ausentarme a trabajar un miércoles, dejar todo, dejar las llaves del apartamento y el celular en algún tacho de basura y partir.

dejar todo.
perderme en el rastro. Dejar huellas y volver sobre las mismas, bifurcar los caminos así no pueden seguirme.

Mezclarme en la terminal y decidir cuando el colectivo esté en marcha si me dirijo hacia el sur, o espero el próximo. que vaya hacia el norte.

tengo una idea dando vueltas, tengo la opción de partir, la tengo frente a mí. tengo una lapicera y una hoja, que aún esta en blanco. las tengo frente a mí. se pueden convertir
en carta de despedida, o en ruta de escape momentánea. Tengo una idea dando vueltas, tengo la opción de partir

ahora mismo

tengo el metal frió jugando en mi sien. El tic tac del destino hace de crupier
y yo,
llevo las de perder.

lunes, 8 de marzo de 2010

Polaroid

Ojos con ciudades adentro.
Beirut en llamas,
luces anti-bombas. Explosiones.
Ojos con Beirut adentro

El día después, y la imagen es gris,
o sepia.
las casas ya no están
y en las calles solo hay chicos jugando
entre escombros.
los desesperados infantes corren
en una algarabía de felicidad.

La canción que escucho me trae a la realidad,
la imagen cambia
Ya no veo ciudades en tus ojos,
sino alfiles
y un tablero de ajedrez repitiendo eternamente el mismo movimiento,
renaciendo en cada parpadear

Acaso será el ajedrez de Carlomagno lo que veo?

Un alfil razante despunta una mirada de amenaza.
Los dedos de Capablanca se adueñan de ese peón
que ya no le corresponde a Kasparov
Y yo acá recreando en mis pupilas las tuyas
y la única reminiscencia tuya es esta instantánea.

Pensar en un simple click.
Una lente que se abre y se cierra en milésimas de segundos.
El cuadro queda pegado al papel
como una cruda imagen queda adherida en una retina.
Un click que simplifica lo que los árabes
desde el primer milenio vienen ideando.

Atrás quedaron esas sombras momentáneas,
poco nítidas,
que al primer parpadeo desaparecían.
Atrás quedó, como tantas otras cosas,
ese minúsculo orificio en la pared,
aquel que dejaba penetrar la luz,
proyectando la imagen de forma invertida en la pared opuesta.

Atrás quedo Da Vinci, y su cámara oscura,
los daguerrotipos, y los cristales pulidos a mano.
Atrás el siglo XVI y la utilización de espejos,
el dominio de las distancias.

Aprendimos muchas cosas sobre las fotos y sin embargo
el poder sortear la complicación de invertir la imagen refractada
permitiendo acomodar la efigie a la visión, no bastó para evitar que hoy,
al mirar esta foto, consiga no extrañarte.

sábado, 6 de marzo de 2010

Muestra de Arte



¿¡vanguardia en retaguardia
o falta de ideas!?

y después nos quejamos
de los mingitorios siameses
de Marcel Duchamp.

viernes, 26 de febrero de 2010

Rompecabezas

La verdad se muestra ante sus ojos, queda absorto, hay certeza pero angustia en su expresión. Un frío intenso y seco recorre su espalda erizando sus pelos. La verdad se apodera de él, sabe que volver el tiempo atrás será imposible y eso lo corroe por dentro. Movido por la adrenalina que le produce el querer callar las palabras ya oídas, queda a la deriva de los impulsos, la falta de lucidez nubla sus sentidos.

Enciende un cigarrillo, aspira hondo, sus pensamientos atraviesan el límite de lo perverso, se mezclan con el humo y la oscuridad de la habitación, se pierden en el tiempo y también junto con el. Sus ideas lo carcomen y logran con cada palpitación que le aumenta, con cada gota de sudor que perla su frente, que el pulso le tiemble un poco más. Los nervios lo atacan desde sus trincheras con retóricas que no se atreve a responder, su paranoia es evidente, se refugia en discursos que sólo su mente reproduce.

El cigarrillo se consume a sí sólo, la hora del atardecer se acerca, e inmóvil desde ese mismo ángulo del cuarto… piensa. Sus pensamientos adquieren formas que ni el propio Kandisnsky se atrevió a reproducir en sus obras. Resabios de claridad se convierten en muestras de incertidumbre. Cree que la solución más fácil es arrojar la moneda dejándole a la fricción del viento y la fuerza con la que la tire que hagan el trabajo por él, que le allanen el camino.

La verdad se muestra ante sus ojos, ya no hay angustia, ni incertidumbre, la imagen del rompecabezas empieza a tener forma, los fragmentos de esta historia adquieren una lógica hasta el momento oculta…

Su vida ya no.

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lunes, 22 de febrero de 2010

Lejanía

Mi necesidad de vos se consumió

Hace tiempo

y sin darnos cuenta
dejamos de mimarnos

dejé de sentarme al lado tuyo
buscando besarte
cada vez que el silencio invadía nuestra cita.


ahora

busco sentarme lejos.
mirar detrás de tu hombro
para no verte

perderme entre
los autos que pasan
o
peatones que caminan
para no oírte


ya no imagino tus labios
recorriendo mi cuello
ni deseo tus manos
haciendo dibujos en mi espalda


ya no te sueño a cada noche,
ni te miro con ganas,
ni consigo extrañarte,
ni lo intento…

ya no te quiero.


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viernes, 19 de febrero de 2010

siesta



El señor de traje
pasa
y los mira

se muerde los labios
frunce su ceño

Y los mira

Imposible no mirarlos,
Es cierto.

pero
¿es necesario de ese modo?


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jueves, 11 de febrero de 2010

AIRE


Respiro. Respiro. Una bocanada gigante de aire. Mi cuerpo se relaja. Se desvanece.
Respiro.
Respiro.
Miro el paisaje a través de una ventana, rodeada de verde, las imágenes de la naturaleza pasan ante mis ojos como si el tiempo estuviera adelantado, como en un Fast forward de una video casetera, o un DVD.
Todo es tan hetéreo, finito, la sensación de ir hacia la nada o hacia el infinito me invade. Nada de preocupaciones, mente en blanco, por fuera una sonrisa se va dibujando en mi rostro, pero por dentro estoy a punto de quebrarme, todo mi interior tiembla.
Tengo miedo, quiero tenerte conmigo, pero una vez más me encuentro respirando, inflando el globo del coraje y vuelta a empezar. Ocultando lo que me hace mal, simulando superarlo pero resquebrajándome cada día un poco más.
No quiero extrañarte, no quiero necesitarte, parecería fácil hacer borrón y cuenta nueva, y podría hacerlo, pero mi interior seguiría siendo de papel y tu huella jamás se habría ido.
Respiro.
Respiro.
Y en cada exhalación voy despidiéndome un poquito más de vos.


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miércoles, 10 de febrero de 2010

DOLOR

Una musiquita. Con una guitarra, guitarrita. Melodía pegajosa. Me siento y pienso: te extraño, si, necesito que me abraces, que me toques, me roces, me muerdas, me aprietes, escurras (más rápido cada vez), me sobes, me desparrames, me tires, me jales, me chupes, me beses, me succiones, me respires, me vomites, me franelees, me muevas, me corras, me sacudas, me levantes, me vueles, me atesores, me pienses, me extrañes, me llores, me necesites. Y yo? Yo no quiero hacerte nada, mirarte, mirarte mirarme. Sonreír. Y desaparecer.



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Lo Que Sobró de Anoche

Lo que sobró de anoche es el preservativo sin usar

y me acabaste adentro con gusto.

Y también sobró irresponsabilidad e inconciencia.

lo que sobró de anoche fueron mis palabras

porque nuevamente te quedaste en silencio.

Lo que sobró de anoche fueron las miradas y los gestos.

Lo que sobró de anoche fue mi bronca.

Lo que sobró de anoche fueron las estrellas

porque no me detuve a mirar el cielo,

y el último tema del cd

porque para ese entonces ya estaba durmiendo...

Lo que sobró de anoche fue tu ausencia.

Lo que sobró de anoche fue el cruce

entre la ficción y la vida real de la película que no vimos.

Lo que sobró de anoche fueron viejos álbumes de fotos

que no abrimos.

Lo que sobró de anoche fue el egoísmo.

Lo que sobró anoche fue el destino

y su intento por impresionarnos.

Lo que sobró de anoche

fue la duraza de la ciudad en mis pies.

Lo que sobró anoche fue la gillette y su envoltorio

en la mesa de luz de alguien que no tuvo el coraje de usarlas.

Lo que sobró de anoche fue el coraje de algún otro

que decidió saltar y dejarle a la fricción del viento con su cuerpo

que demore su último recuerdo y que todo esto acabe…

por lo menos para él.

Lo que sobró de anoche fue el epígrafe

y también rastros, personas, objetos, colores,

inquietudes, curiosidades, ideas, proyectos, textos,

anécdotas, fotos, experiencias y cosas que se nos cruzaron en el camino.

Lo que sobró de anoche quizás nos sirva para volar un rato con papel y lapicera o por lo menos divertirnos...

Bienvenidos a nuestro mundo.


Lo Que Sobró de Anoche.






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