Mariel paso el dia queriendo dejar atrás el recuerdo, pero se acercaba la fecha de su menstruación y aún no sentía sintomas.
Llegó el día y nada, dejo pasar una semana y nada.
una idea empezaba a rondar por su cabeza, intentaba estudiar pero la preocupación no la dejaba. Con mucho miedo se dirijió hacía la farmacia de la esquina, titubeando compró un evatest y salío rumbo a su casa, a dejar que pasen las 6 horas que indica el prospecto antes de ir a mear.
Soportó inutilmente la espera con música fuerte y zapping en la tele, aunque intentó evitarlo, sus palpitación se incrementaron a medida que pasaban las horas.
Llegado el momento, se dirigió hasta el baño, hizo pis, cuidando de depositar la mayor parte del contenido en el tarrito, y dejó humedecer el test mientras ella y sus dieciocho años, lloraban de miedo, abrazados a su almohada eternos cinco minutos.
Se levanto, camino temblorosa hasta la puerta del baño, encendió la luz y agarró el frasquito. Todavía con lágrimas en sus ojos leyo:
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