sábado, 31 de julio de 2010

Suicidio colectivo

La oscuridad nos irrumpe en la tarde y, sin embargo, parece que en cada mesa el lento juego del amanecer se repite constantemente mientras la moza prende, una a una, las velas. El cielo se vuelve gris, las nubes son traídas por un viento sur, la noche se va volviendo cada vez más fría y el viento sopla cada vez más fuerte levantándole el vestido a las velas y produciendo, en cada soplo, un juego de formas y de rostros que se trastocan, se acercan, se evitan y se estrellan, uno a uno, en la pared.

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