sábado, 5 de junio de 2010

Jueves

Ahora que ya se termino, ahora que el murmullo se hizo silencio y la herida dejo de sangrar, ahora que ya estás muerta y yo estoy encerrado ahora puedo explicarlo.
Antes no.

Antes no, porque me encontraron con el arma y no preguntaron. Directamente me encerraron sin ver las lágrimas recorrer mis mejillas.
Al repasar los motivos pienso en la noche anterior, recuerdo que me criticaste que nunca pongo fecha para casarnos, te enojaste porque al parecer con convivir ya no te alcanza. Y sin embargo explicarte mis motivos no podía.

Me levante temprano sin ganas de afeitarme. Verte ahí tendida en la cama, libre de preocupaciones, con el torso desnudo y los pelos despeinados me hicieron pensar que esta vez sería diferente…
Decidido salí al trabajo, te dejé un beso y un buen día en una nota al lado del reloj. El desayuno quedó enfriándose en la mesa, no quise despertarte, quería que esa imagen tuya en la cama me acompañé en el comienzo del día.
Me excusé del trabajo, no tenía mucho dinero, pero la decisión estaba tomada...
Con el anillo en mi bolsillo quería que el día acabe, quería llegar antes que vos y esperarte con las velas prendidas.
Sólo quería llegar, preparar todo, esperar que llegues y decir por vez primera en vos alta esas palabras que hace 4 meses estaba practicando.
Ésta vez sería diferente…


Llegue y todo sucedió demasiado rápido.
Aunque te escuché gritar palabras inconexas deje que se pierdan en la habitación. No supe si estabas ensayando tu papel para la obra pero me tendría que haber dado cuenta, esa escena con el cuchillo ya la había soñado...

Cuando reaccioné ya era tarde.
Con una de mis manos alcance a retirarte el cuchillo, el daño estaba hecho: La sangre ya había manchado el piso. Con la otra intentaba presionar para contener la herida.

y después lo que todos saben…

La vecina que escucho gritos y se alarmo.
La policía que llego y que me encontró aún con el arma en la mano.
Yo sin saber porque no solté el cuchillo.

Moriste al instante.



El reloj da las seis, y empieza a sonar.
entre confundido y aliviado, lo apago.
fue sólo un sueño repito, fue sólo un sueño.
todos los jueves el mismo sueño.
me levante temprano sin ganas de afeitarme. Verte ahí tendida en la cama, libre de preocupaciones, con el torso desnudo y los pelos despeinados
me hicieron pensar que esta vez sería diferente…

No hay comentarios:

Publicar un comentario